Qué dirán los desconocidos que nos vieron esa noche,
cuando nosotros también éramos desconocidos; ¿habrán sabido ellos antes que
nosotros?, lo habrán sospechado cuando nos vieron caminar con pasos cortos y
aún temerosos, habrán sonreído al ver cómo empezábamos a calcularnos, se habrán
codeado para señalar la solemnidad con la que esperé que te sentaras, ¿qué
dirán ellos hoy?
Qué dirá Emilia, la moza mendocina que equivocaba los
pedidos y recomendaba platos no tan convencida, ¿habrá imaginado Emilia?, tal
vez por eso dedicó más de diez minutos a contar su historia de amor, tal vez
por eso apresuró la segunda botella de vino, tal vez por eso estiró el horario
de cierre, tal vez ella ya sabía, ¿qué dirá Emilia hoy?
Qué dirá aquel policía que amablemente se acercó para
avisarnos que nuestra música se oía en toda la cuadra, habrá sido simplemente
de compinche que solamente pidió que movamos el auto obviando los controles de
alcoholemia que en rigor se imponían, habrá sabido que el beso ya merodeaba el
vecindario, se habrá dado cuenta por cómo nos reíamos, ¿qué dirá aquel muchacho
hoy?
Qué dirán los testigos del primer beso, que dirá el
empedrado de aquella calle, que dirán aquellos árboles, que dirá esa madrugada,
que dirá aquella resaca. Qué dirán los que nos vieron sin conocernos, ¿habrán
ido por voluntad propia a nuestro estreno?, ¿habrán visto un futuro que nosotros
ni imaginábamos?
Qué dirán los que nos quieren, estarán preparados para
perdonar nuestra prisa, serán capaces de hacer vista gorda hacia ciertas locuras,
¿podrán reír cuando riamos?, ¿podrán creer lo que creamos?, ¿postergarán
juzgarnos para otro tiempo?
Qué dirán los lugares que aún no hemos recorrido, ¿estarán
esperando que a manos entrelazadas los incluyamos en nuestra historia?, creerán
a fe firme ellos como nosotros, ¿qué dirán los recuerdos que aún no tenemos?,
estarán tan ansiosos como nosotros de entrar en nuestra memoria, ¿podremos
esperar todos juntos al tiempo?
¿Qué dirá nuestro futuro?, ¿estará tan orgulloso como
nosotros de este presente?, sabrán los días que aún no nacieron la vida que hoy
les damos, adivinará el camino que deberá elegir en cada esquina.
¿Qué dirán hoy todos ellos? ¿Qué pensarán de las
palabras que decimos en voz baja porque nos sonrojarían en otro volumen? ¿Qué dirán
de nuestro abrazo perfecto? ¿Qué dirán de nuestras carcajadas? ¿Qué dirán de
nuestras miradas? ¿Qué opinarán de nuestras conversaciones? ¿Qué dirán?
¿Qué dirán hoy todos ellos?
Afortunadamente, desde nuestra aún joven confianza, mientras
nuestras manos ya se encuentran sin errores, desde esta mirada cómplice
afirmamos, que sin ánimos de ofenderlos y con todo el respeto correspondiente, no
nos importa qué dirán.
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