Ana y
Jaime
-
Hola…Ana
(Dudé, la puta madre, ya se va a dar
cuenta que estoy nervioso, cortale ahora mismo, decile cualquier cosa, que
perdiste la señal, cortale!)
-
Hooola
Jaime, tanto tiempo (¡Boba! Que no se de
cuenta que querías que te llame, por favor, controlate) ¿Cómo estas?
-
Bien
bien, si, la verdad que hace tiempo que no hablábamos, estuve con mucho trabajo
últimamente (No paraste de pensar en
llamarla, decíselo y sacate el tema de encima, no seas cagón) pero bueno,
quería ver como estabas.
-
Si,
me imagino, yo también ando a mil (Se
dulce, no sea seca, decile algo de lo que estuviste pensando estos días, que te
acordaste de él escuchando ese disco, deciselo tonta) Además este Viernes
se casa una amiga (porque le estaré
contando esto) y estamos con las chicas haciéndole un video y ni empezamos (va a pensar que soy una tarada decile algo
interesante por Dios) tus amigos ya están todos casados, ¿no? (¿Y esa pregunta? ¡DIOS! Tragame tierra en
este instante)
-
(Uy no puede el Viernes y
además tiene que juntarse con sus amigas, debe tener toda la semana ocupada,
mejor no le digo nada, me va a decir que no y voy a quedar como un boludo. Creo
que me preguntó algo y no escuché. Dale Jaime! Atento!) Perdoname Ana, se me corta,
¿que me preguntaste? (Bien querido, una
bien al menos)
-
(Boluda! Boluda! Boluda!
¿Para que preguntaste eso? Ni se te ocurra repetir la pregunta, inventá algo,
lo que sea) Ah,
no te preocupes, olvidate (¿Y ahora?)
-
(Prestá atención tarado, ya
se dio cuenta que no estás escuchando)
-
Ehh…(decí algo Jaime, por favor)
-
Mmm…(que diga algo por el amor de Dios)
-
(Me quiero morir)
-
(¿Para que habré llamado?)
-
(¿Para que me habrá
llamado?)
-
¿Me
escuchás bien Ana? (Ah sos un genio,
podría ser millonario dando cursos de oratoria, ¡ESTÚPIDOOOOOOOO! Te hubieses quedado
callado)
-
Ay
si si, perfecto, pensé que se había cortado (menos
mal, tengo que entrar a casa, no no, doy la vuelta manzana, se va a cortar en
el ascensor sino)
-
Che,
linda (tomando envión, bien, vamos),
la pasé muy bien con vos la otra vez (vos
podés, vos podés, tranquilo) me encantó al lugar que fuimos.
-
(Si si si, me va a invitar
a salir, lo se, no entro a casa ni loca, ojala que no me cruce con nadie) Si, la verdad que
buenísimo, ¿ya lo conocías vos?
-
(Decí algo canchero) Si, fui un par de veces hace
poco, con una amiga (mmm, para que
aclarás, si es todo mentira, nunca fuiste, te lo recomendó un amigo, llamaste
tres veces para confirmar, por favor, invitala a salir, vamos, de una, ahora).
Che, el Viernes tenés el casamiento, no?
-
(Si, pero puedo toda la
semana) Si,
¿por?
-
Porque
un amigo hace una fiesta, y tal vez te divertía venir con tus amigas pero
supongo que no pueden (mentira de nuevo,
invitala de una, mañana, pasado, invitala no seas cagón)
-
Que
divertido! Pero no, no podemos (Invitame
cualquier otro día, dale)
-
(Invitala otro día, dale!)
-
Uy
que cagada, hubiese estado buenísimo que vengan.
-
(Invitame. Invitame) Si, me re divierten esos
programas. Si hacen alguna otra avisame y vamos seguro (Invitame. Invitame. Invitame)
-
(Invitala. Jugatela, se
hace larga esta llamada, invitala) Obvio, te aviso…(cagónnn.
CAGONNNN) Bueno Anita, que bueno que estés bien
-
(Me va a cortar. No me va a
invitar. Invitame) Gracias,
que bueno que vos también.
-
(No puedo creer que seas
tan cagón) Gracias,
bueno….eh….te dejo… hablamos uno de estos días, ¿dale?
-
(Me muero) Dale, te mando un beso
-
(Decí algo!) Otro para vos.
-
(Mierda) Chau
-
(Mierda) Chau.
Cuanto miedo al Babel lejano, cuanto terror nos da
la impotencia de encontrarnos condenados a las mil lenguas, a no encontrar en
el otro nuestro mismo idioma, no poder hablar y ser entendido, no poder a fin
de cuentas, comunicarse. Cuanto miedo a ese flagelo ¿no? Será entonces ese
miedo bien fundando, o será tal vez un
flagelo mayor tener el mismo idioma, tener la misma lengua y no poder decirnos
nada.